Estamos en julio de 2025 y en la ciudad de Teruel hay muchas cosas que siguen sin mejorar; están exactamente igual que en julio de 2024, en julio de 2023 o todavía más atrás en el tiempo. Una de ellas es que la gestión municipal no ha sido capaz de acordar, con todas las partes, el uso de vasos reutilizables en la Vaquilla.
Cada martes postvaquillero, año tras año, nos hemos acostumbrado a leer, casi impasibles, las cifras de basura recogidas en nuestra ciudad en esos tres días festivos. En 2024 fueron casi 100 toneladas las retiradas por los operativos de limpieza.
Es importante valorar su trabajo de estas brigadas, formadas por cuarenta trabajadores, apoyados por cuatro equipos de baldeo, un furgón hidrolimpiador, una barredora de aspiración y cinco de arrastre; pero también es importante saber el coste económico que eso tiene para Teruel y los turolenses, que según el contrato de servicio firmado por el Ayuntamiento de Teruel con FCC en junio de 2023, ascendió a 299.133,24 euros por dos años.
Según los operativos de limpieza, la mayor parte de la basura está formada por vasos y envases de plástico, con algunas botellas de cristal y esto, créanme, es algo, si no evitable en su totalidad, muy mejorable. Tenemos ejemplos en los innumerables festivales que cada verano se celebran en todo el territorio nacional, algunos con una afluencia de más de 150.000 personas, como Sonorama Ribera en Aranda de Duero (Burgos), que llevan más de siete años utilizando vasos reutilizables. Muchos ayuntamientos de capitales apuestan por la sostenibilidad, el civismo y la limpieza al implantar el uso de estos vasos en sus fiestas, pero no hace falta irnos lejos ni a grandes ciudades, cerca tenemos los ejemplos de Tamborile en Mezquita de Jarque o el Poborina Folk de El Pobo.
¿De verdad el Ayuntamiento de Teruel considera normal que una fiesta que reúne a decenas de miles de personas acabe cada año con toneladas de basura acumulada en nuestras calles, plazas y parques a costa del bolsillo de todos los turolenses y del medio ambiente?
Nos parece increíble y nos despierta una profunda indignación que el Ayuntamiento de Teruel no lo haya considerado urgente o haya sido incapaz de alcanzar los acuerdos necesarios para acabar con el uso los vasos desechables durante las fiestas de la Vaquilla del Ángel.
La propuesta de implantar esta medida en colaboración con hosteleros y peñas no es nada revolucionaria, ni siquiera innovadora, es simplemente sentido común y no, no se trata solo de imagen, sostenibilidad y civismo —aunque también—, sino de una cuestión elemental de operatividad, rentabilidad y eficacia de los servicios públicos.
Estamos hablando de una forma de gestionar lo público, en esta ocasión en lo referente a cuestiones relacionadas con nuestras fiestas (vasos reutilizables, iluminación festiva de las calles, contratación de conciertos…), pero podemos hacerlo extensible a otras áreas como el mantenimiento de las instalaciones deportivas de la ciudad sin ir más lejos.
Desde el Partido Aragonés llevamos años reclamando una política municipal más seria, más responsable y más moderna. Porque Teruel merece algo más que parches y decisiones improvisadas. La Vaquilla del Ángel es nuestra fiesta y, como tal, debe estar a la altura de lo que representa (tradición y convivencia) y, también, ejemplo de cómo queremos que sea nuestra ciudad en el futuro.
No es pedir mucho.